Musicos o samplers

Me gustaría contaros mi experiencia respecto a tener que elegir entre grabar mis temas con la colaboración de músicos de carne y hueso o de acabar haciéndolo a base de secuenciar esos instrumentos y después ponerle a esas secuencias sonidos de samplers o Vsts, etc...


Desde muy joven estuve trabajando de músico de sesión en todos los grandes estudios de grabación de Madrid y, por lo tanto, conozco a la perfección los resultados de grabar las canciones solamente con músicos . También he sido testigo después, de como esas costumbres iban cambiando poco a poco, y de como las maquinas les ganaban terreno a los baterías y a los músicos de cuerda, hasta llegar a donde estamos hoy, en que una grabación de una simple canción o de una gran sinfonía se puede realizar únicamente con sonidos sampleados y la sola colaboración de un buen pianista-teclista para que secuencie a la perfección todas esas líneas instrumentales.

Si me remontara unos años antes, cuando yo era un niño y acompañaba a mi padre Trompetista a sus grabaciones como músico de sesión, las grabaciones se hacían con toda la orquesta a la vez, porque los grandes magnetofones de los estudios casi no tenían pistas y las grabaciones se hacían como un concierto en directo.

Todavía me acuerdo de una grabación que presencié de niño en los estudios Columbia en Madrid, donde había una gran orquesta toda instalada en el estudio y al lado de la orquesta también se encontraba la cantante; todo aquello se hacía a la vez y, si quedaba mal, había que repetirlo todo, etc...

Las salas inmensas de aquellos estudios estaban muy bien repartidas y organizadas a base de paneles móviles y todo tipo de microfonía, para que todo aquel maremagnum sonoro, se pudiera grabar con la mayor individualidad instrumental posible, pero aun así, por todos los micrófonos siempre entraba bastante sonido general.

La orquesta se colocaba en la sala de grabación por secciones, piano, metales, maderas, cuerdas, percusión, bajo, guitarras, etc... y el cantante o los coros se solían colocar bastante separados.

Todas esas secciones de instrumentos y voces tenían que probarse microfónicamente por separado y, a su vez, cada una de esas secciones tenía que estar colocada por jerarquías, 1º Trompeta, 2º Trompeta, etc...

Todo aquel performance era algo bastante complicado de organizar, pero los técnicos y ayudantes de los estudios ya tenían costumbre y en poco tiempo conseguían que una gran orquesta pudiera ser captada a la perfección.

Para mi gusto, lo más importante de una grabación orquestal, es la perfecta afinación atemperada de todos sus componentes y la disciplina para poder seguir la batuta del director de la orquesta, que era el que marcaba el tiempo de entrada y el que hacía mantener, durante toda la pieza, ese buen tiempo así como los matices y dinámicas sonoras especificas de algunas secciones en particular o de toda la orquesta en general.

El trabajo de un buen director de orquesta en una grabación, es algo muy bonito de ver, pues existen muchos detalles en sus manos y en sus expresiones que son todo una obra de arte.

Después de esos principios tan artesanales y a la vez tan altamente artísticos de los sistemas de grabación en los estudios, poco a poco fueron apareciendo nuevos magnetofones con más pistas y grandes mesas de grabación y gracias a eso, las grabaciones cada vez se pudieron ir haciendo más individualmente, hasta llegar a nuestros días donde ya se pueden grabar por separado cada uno de los instrumentos de la orquesta y, posteriormente, hacer con ellos todo tipo de milagros en la edición de la ondas sonoras digitales de un ordenador.

Se ha llegado a tal nivel de sofisticación en los sistemas musicales, que cualquiera de nosotros puede disponer en su ordenador de unos sonidos sampleados de altísima calidad, que solo esperan que una secuencia midi les haga sonar al instante.

Pero el problema real viene cuando nos damos cuenta de que para que un sampler de alta calidad suene parecido a la interpretación de un músico real, entran en juego una serie de detalles al hacer una secuencia midi, que son altamente difíciles y requieren de muchísimo conocimiento de las articulaciones y la dinámica de cada instrumento, así como de las micro desafinaciones necesarias para que un ensamble orquestal, hecho con samplers, tenga algo de realismo y credibilidad sonora.

Las grabaciones con sonidos de samplers suelen sonar frías y ásperas, exceptuando que hayan sido secuenciadas y programadas por un verdadero teclista experto.

Aparte de los sonidos sampleados de altísima calidad que tienen que estar disparados por una secuencia midi completa bien programada, también existen los loops con sonidos sampleados que solamente tendrán que ser disparados vía midi por una nota y, en un momento, podríamos armar una base muy real con baterías, percusiones, pianos, bajos, guitarras, etc...

Con todo este universo sonoro y articulado a nuestro alcance, llega el momento en que casi nos olvidamos de que en nuestra ciudad existen músicos reales que podrían tocar esos instrumentos que nosotros emulamos dentro de nuestro ordenador a base de tirarnos cientos de horas secuenciando y programando en la soledad de nuestro pequeño Home estudio.

Mi experiencia personal con este dilema de elegir entre samplers o músicos reales para la grabación de mis canciones, me ha hecho llegar a la absoluta conclusión de que prefiero usar los samplers y los loops, a estar dependiendo de pedir favores a músicos conocidos que siempre quedan en venir por mi estudio y nunca vienen, y que si vienen alguna vez, lo único que hacen es tocar deprisa y corriendo lo que yo les digo y después, al marcharse, casi siempre acabo borrando su intervención y volviendo a secuenciar esa parte muy despacito y con mucha paciencia, pues lo que grabaron esos músicos solía estar lleno de defectos, porque las cosas hay que hacerlas con mucho detenimiento y mucho nivel de participación y eso no se consigue a veces ni pagando.

Esta triste conclusión a la que yo he llegado, no es porque no me guste la magia de la unión de unos músicos en una grabación, pues puede ser algo irrepetible, etc... pero esa posible magia queda totalmente anulada por la absoluta falta de formalidad de muchísimos de ellos y también por su poca disposición a repetir su intervención hasta que ésta quede absolutamente perfecta.

Prefiero la frialdad de los samplers a la poca seriedad de algunos músicos y a raíz de esto, me acuerdo de una producción que hice hace algunos años donde el cliente me insistió en que quería que hubiera un sólo de Violonchelo en una canción. Lo iba a grabar un gran Violonchelista amigo suyo, que era un componente de una gran orquesta clásica de Madrid y también profesor de Conservatorio, etc...

Solo os diré que la intervención solista de aquella eminencia del Violonchelo fue algo tan catastrófico y desafinado que, esa misma noche, me tocó estar secuenciando a mi mismo ese solito de Violonchelo, pero no por decisión mía, sino por decisión del cliente que me dijo que a ver si podía hacer algo para solucionar aquel desastre.

Con todo esto no quiero decir ni muchísimo menos que no existan los músicos altamente efectivos en una grabación, pero es muy difícil encontrarlos y su efectividad no siempre va unida a que se les pague o no por grabar.

Un saludo

Publicado por Cesar Fornes Berlanga en el foro http://www.guitarristas.info/foro/f88/musicos-o-samplers-33540/